21 agosto, 2008

¿SABIAS QUE?

¿Sabias que? para evitar el calentamiento global nosotros podemos:

Usar el transporte público y las bicicletas.

Comprar artefactos del hogar, tales como refrigeradores y bombillas, que sean más eficientes en el consumo de energía.

Apoyar medidas poco populares, pero que son ambientalmente importantes como impuestos a los combustibles y que lo recaudado sea utilizado para prevenir el calentamiento global.

Instar a los gobiernos para que diseñen un plan nacional de reducción de emisiones de gases invernadero.
Paola Mercado Zelaya

08 agosto, 2008

Lucero Collazos

EL CALENTAMIENTO GLOBAL



EL CALENTAMIENTO GLOBAL: ¿CUESTIÓN DE CONCIENCIA?

¿Sabía usted que en muy pocos años el glaciar del hermoso nevado Pastoruri (Ancash) desaparecerá por completo y que ya nunca más podremos verlo tan imponente y blanco como era? ¿Sabía usted que, desde el final de la última era de hielo, hace 10.000 años, el nivel del mar ha subido más de 120 m., y que durante el siglo XX subió de 1 a 2 mm por año? ¿Sabía también, que antes de la llegada de la era industrial, la concentración de CO2 en la atmósfera era de 280 ppm (partes por millón) y que hoy es de 360 ppm, un aumento del 80% en menos de 300 años?, ¿qué en las últimas décadas del siglo XX se ha elevado la temperatura de 0,5ºC a 0,8ºC en Latinoamérica?, ¿Qué es posible que la tierra presente un calentamiento de 4ºC más para el año 2050? Y que aunque usted no lo crea, la temperatura subirá, si continúa así la situación, hasta 7,7ºC más este siglo?

Pero ¿por qué estas terribles advertencias y hechos próximos a suceder, y que ya están observándose? ¿A qué se debe todo esto? ¿Podemos hacer algo para cambiar nuestro destino? ¿Qué está sucediendo con nuestro único hogar, el planeta tierra?

Todo empieza por el principio: el efecto invernadero. Un fenómeno natural por el cual los gases como el CO2 y el vapor de agua de la atmósfera retienen parte de la energía que el suelo emite al ser calentada por la radiación solar. Este fenómeno es necesario para la vida pues regula la temperatura del planeta y sin sus efectos ésta bajaría aproximadamente en 30ºC, haciendo imposible la supervivencia de casi la totalidad de los seres vivos.

Pero ¿qué sucede cuando este equilibrio natural es alterado por algún factor? En las últimas décadas el cambio tecnológico, la sociedad cada vez más globalizada, consumista; el consumo de grandes cantidades de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón); la deforestación (tala y quema de árboles); el aumento de la emisión de gases en la atmósfera, como el CO2 (originado por las grandes emisiones de autos y fábricas), el metano CH4 (originado por la fermentación sin oxígeno y emitido por pantanos y arrozales) y los fluocarbonos (CFC) ha aumentado notablemente. El incremento de estos gases en la atmósfera impide la salida de los rayos ultravioleta que ingresan a la tierra por la “ventana atmosférica” y terminan acumulándose progresivamente y absorbiendo intensamente los rayos infrarrojos y las ondas de la “ventana atmosférica”, trayendo como consecuencia la elevación de la temperatura global del planeta ocasionando cientos de hechos catastróficos mundiales.

Estos devastadores hechos que ya se están observando a nivel global se inician con los cambios climáticos regionales, que ocasionan una variación en la corriente de los vientos de diferentes zonas, como en Europa que se han vuelto cálidos y secos; cambios en la circulación oceánica (corrientes marinas) que se detiene y produce la variación drástica de la temperatura en los continentes, como por ejemplo, el calentamiento esporádico del Sur del Pacífico que ocasiona el fenómeno conocido como “El Niño”. Además, se incrementa la intensidad de las tormentas y la frecuencia de los huracanes (huracán Katrina, etc.), ocasiona el trastorno de hábitats naturales, como los arrecifes de coral y las praderas alpinas que podrían llevar a la extinción a muchas especies de plantas y animales. También, provoca el aumento de la temperatura en las regiones polares (en especial al polo norte) lo que causa el derretimiento de grandes bloques de hielo (quitándoles, además, hábitats a los osos polares) provocando a su vez el aumento del nivel del mar (actualmente aumenta a un ritmo anual de 1 a 1,5 mm) con las consecuentes inundaciones y tsunamis en las regiones costeras continentales, en las cuales habitan más de la mitad de la población mundial, por lo que éstas se ven obligadas a migrar hacia el centro. Esto además ocasiona otro tipo de problemas, como los demográficos de sobrepoblación y de tipo económico por las sequías o las abundantes lluvias que perjudican la agricultura, traen plagas, escasez de alimento y propagación de enfermedades, en conclusión, un verdadero caos mundial.
Ante esta situación, ¿qué es mejor pensar? Para algunos es mejor negar que sea necesario prepararse para los efectos desastrosos del calentamiento del planeta, porque afirman que la tierra tiene una gran capacidad de recuperación de los daños causados por las fábricas e industrias del hombre y que tanto “alboroto” y “advertencias” son sólo “por gusto” o por querer asustar a la población.
Sin embargo, es cierto también, que este preocupante tema ecológico en las últimas dos décadas ya se ha ido tratando, aunque muy tímidamente, resaltando las señales que nos ha ido mostrando nuestro mismo planeta, a través de los cambios drásticos anteriormente descritos. Gracias a este conocimiento mucha gente finalmente está reaccionando y tomando conciencia de la importancia que implica que todos, no solo los gobiernos de los países más poderosos, colaboremos con la disminución de la producción de CO2 y gases de efecto invernadero negativos.
Afortunadamente, la concientización de la gente y de los gobiernos a través de variadas formas (congresos, documentales, películas como “Una Verdad Incómoda”) de cómo colaborar en disminuir este problema ya está dando sus frutos. Los gobiernos tienen su misión a través de políticas y acuerdos de colaboración entre países, pero la gente común puede colaborar de una forma muy sencilla, desde nuestros mismos hogares. Por ejemplo a través del uso de focos ahorradores, que consumen un 80% menos energía y duran 8 veces más y evitan la emisión a la atmósfera de casi media tonelada de CO2 en todo su periodo de duración. Otras formas de contribución podrían ser: no dejando las luces prendidas de las habitaciones sin estar en ellas; secar la ropa de forma natural en lugar de usar una secadora y se evitará la emisión de 280 Kg de CO2 anuales; usar bolsas reutilizables cada vez que se hagan las compras en el mercado se ahorra unos 8 Kg de CO2; cuando se hagan borradores de trabajos en papel reutilizar las caras blancas de los documentos y cuando se obtengan fotocopias e impresos usar las dos caras, de esta manera se ahorrará papel, cada tonelada de papel que se recicla evita que se talen 3,14 toneladas de árboles y se consuman algo más de 0,5 toneladas equivalentes de petróleo, asimismo evita una emisión de 1,5 toneladas de CO2 equivalente por cada tonelada de papel producida. Es necesario tener en cuenta que mejor es reciclar, reutilizar y reparar que utilizar algo nuevo que implique el mayor uso de energía y la mayor emisión de gases a la atmósfera.
Finalmente, y a manera de conclusión, tomar conciencia de la problemática ya es un paso crucial para dirigir los esfuerzos a enfrentarla de la mejor forma. Además, sería útil llevar a la gente a una reflexión mucho más interna y personal, ya que si los adultos no toman conciencia de los grandes e irreversibles daños que están causando al planeta tierra, nuestro único hogar, tal vez ellos no se encuentren aquí cuando las gravísimas consecuencias lo ataquen, y no se vean afectados por ello, pero las próximas generaciones, sus propios hijos y nietos, las sufrirán y en un intento de salvar lo maravilloso que se dijo que fue el planeta tierra, no puedan hacer más que lamentarse por lo que fue capaz de hacer el ser humano de los siglos XX y XXI, pues será ya muy tarde para remediarlo.

CLAUDIA ZÁRATE CASTAÑEDA
3º “B” Secundaria
23 de Junio, 2008

“El paraíso o infierno de GAIA”

El planeta Tierra es el planeta en que vivimos y que habitamos, de nosotros depende salvarlo de la contaminación, siempre y cuando utilicemos bien los recursos químicos y naturales que tengamos la vida de Gaia y por ende la nuestra serán muy buenas.
Gaia, está maltratada y poco a poco, según utilicemos mal lo que nos da y lo desperdiciemos Gaia podrá disponer de nosotros y de nuestra vida, porque se puede convertir en un paraíso con lo bella que es, llena de riqueza: Flora, Fauna, etc., todo lo que Gaia nos da es bueno y nos permite vivir, si nosotros no lo usamos correctamente el planeta se podría convertir en un infierno, y la raza humana ,junto con todas las especies, podrían extinguirse.
Puede ser que nosotros no vivamos esos tiempos difíciles pero las generaciones futuras vivirán una vida muy complicada, cada vez se hace más tarde y de nosotros depende nuestro mismo destino, de nadie más, si nos dignamos a cuidar nuestro planeta, nadie nos podrá salvar de la muerte.

Muchas sustancias químicas se pueden utilizar benéficamente, con buenos fines, pero por ejemplo, las armas químicas, son utilizadas para matar a otras personas y a otros seres vivos, y sin querer nosotros mismos nos estamos matando.
Sólo nosotros podemos evitar que Gaia se convierta en un infierno.

Lucero Collazos Huamán 3”A” nº:10 Fecha: 08/05/08